Durante la más reciente edición del congreso, los participantes comentaron sobre la importancia de avanzar hacia una integración más sólida en América Latina e hicieron un llamado hacia defensas comerciales modernas.
El pasado 11 y 12 de noviembre se llevó a cabo Alacero Summit 2025, la cumbre que reúne a las empresas de la industria siderúrgica para intercambiar reflexiones sobre el mercado. En esta ocasión, el evento se centró en mercados y geopolítica, defensa comercial e innovación.
Uno de los grandes temas recurrentes en todas las intervenciones fue el contexto mundial actual y las implicaciones que tiene para América Latina. Durante su participación, Oliver Stuenkel, Profesor de la Fundación Getulio Vargas y de la Universidad de Harvard, advirtió que, a pesar de la estabilidad geopolítica de la región, ésta puede no ser suficiente ante las tensiones de Estados Unidos y China: “Debemos aprovechar el bajo riesgo geopolítico para fortalecer la competitividad industrial”, apuntó.
Oliver Stuenkel
Por su parte, Phillip Bell, Presidente de la Steel Manufacturers Association, señaló que la política comercial exterior del presidente Trump se ha centrado en dos pilares: el T-MEC (USMCA) y las tarifas 232 por seguridad nacional. “Estos instrumentos a menudo están en conflicto entre sí, porque la 232 no solo afecta a malos actores como China, sino también a nuestros mayores socios comerciales: Canadá y México”, destacó.
“Es crítico seguir el desarrollo de la relación Estados Unidos-China. Existe una percepción de que hay apertura a un trato de alguna forma con China, incluyendo inversiones en Estados Unidos, que pueden tener efectos diversos sobre América Latina”, puntualizó Margaret Myers, Managing Director del Johns Hopkins Institute for America, China and the Future of Global Affairs.
Margaret Myers
Y es que los datos hablan por sí mismos: en los últimos tres años, la importación de acero chino en la región aumentó un 54% y representa ya un 27% de las importaciones totales de Brasil. Así, ocasiona la reducción de los precios regionales y profundiza la competencia desleal, impulsada por subsidios energéticos e incentivos industriales otorgados por el gobierno chino.
“Es imposible hablar del acero sin hablar de China. Hay una urgencia de explicar a nuestros gobiernos el peligro que esto representa para la industria de nuestros países. El fenómeno de las exportaciones tiene que detenerse o nos terminará alcanzando”, determinó Jorge Guajardo, exembajador de México en China.
Jorge Guajardo
Salvador Quesada, Director General de CANACERO, reforzó que el problema no se limita al acero como materia prima: “El acero asiático entra disfrazado en manufacturas, componentes y productos terminados. El enemigo común es la política industrial de China”, enfatizó. Su llamado fue claro: América Latina necesita una estrategia conjunta, con reglas de origen más estrictas y tarifas comunes para evitar triangulaciones comerciales.
Durante el panel “Panorama global del mercado del acero”, Anthony de Carvalho, Jefe de la Unidad de Acero y Economista Senior de la OCDE, reforzó que, si no hay una acción coordinada, el exceso mundial de capacidad superará los 721 millones de toneladas en 2027, lo cual podría colapsar las industrias más vulnerables de la región.
Anthony de Carvalho
“La industria del acero es crucial para América Latina, pero sólo sobrevivirá con una competencia justa. Debemos utilizar la información adecuada para la toma de decisiones y creación de políticas públicas”, recalcó. Este sentimiento hizo eco en otros ponentes, quienes también instaron a los participantes a limitar los avances del país asiático y a ser protagonistas en la toma de decisiones.
La jornada finalizó con el “Panel de CEOs”, donde Máximo Vedoya, nuevo Presidente de Alacero, compartió con Jorge Ribeiro de Oliveira, su antecesor, Presidente de ArcelorMittal Brasil y CEO de ArcelorMittal – Aceros Planos América Latina.
Jorge Ribeiro de Oliveira, expresidente de Alacero, con Máximo Vedoya, nuevo presidente. Al centro, Claudia Palacios.
Juntos reflexionaron sobre el papel de Alacero como punto de inflexión entre empresas, gobiernos y organismos multilateriales. Más que nunca, esta relación cobra relevancia para defender el espacio de la industria en la cadena de valor global.
Vedoya, por su parte, se mostró confiado en el despertar industrial de la región: “Los gobiernos reconocen la importancia de la industria en la movilidad social y en el crecimiento de los países. El libre comercio es el camino, pero siempre de forma leal”, finalizó.